Hoy en día, las redes sociales atraviesan el día a día de las personas, por lo que gran parte de las agresiones que comienzan en el ámbito escolar terminan publicándose en redes sociales. Las instituciones educativas tienden a confundir el mundo digital con un mundo irreal o virtual en el que las problemáticas no forman parte del alcance escolar o no tienen la debida importancia. Sin embargo, a diferencia del bullying tradicional, el ciberbullying suele tener un impacto mayor en las victimas que muchas veces es ignorado hasta que es demasiado tarde.
En Internet el bullying se potencia
El primer paso es entender que en Internet todo se potencia. Una publicación llega a cientos o miles de personas en cuestión de minutos y en poco tiempo todas esas personas están hablando y opinando al respecto. El contenido agresivo duele y daña mucho más, ya que al crecer la cantidad de gente que accede a una publicación, pone me gusta, comparte y comenta, el impacto es mucho mayor. Muchas personas comienzan a opinar y hablar del contenido publicado, y esto puede causar serios trastornos si la publicación afecta a una persona. Por último, una vez que el contenido se viralizó, es imposible detenerlo o eliminarlo, por más que el agresor se arrepienta.
Por otro lado, dada la inhibición que muchas veces prestan las pantallas y las redes sociales debido al anonimato, muchos niños se atreven a decir y hacer cosas en el mundo digital que no harían en el mundo físico.
En este contexto y buscando fomentar acciones proactivas para trabajar temáticas como el ciberbullying y agresiones en línea, proponemos cuatro pilares que toda escuela y docente puede implementar para tratar esta problemática.
- Formar buenos ciudadanos digitales
- Concientización por encima de la prohibición
- Solidaridad colectiva para reportar los casos de abuso
- Diálogo: la base de todo acompañamiento